lunes, 30 de julio de 2007

Siempre que se den las condiciones, volveremos a perder la dignidad

Para ser ministro debería ser imprescindible una dotación de sentido común suficiente y demostrada. No obstante, la historia reciente de nuestro país está plagada de ministros mediocres a los que el sentido común había que suponérselo, hasta que abrían la boca tres veces y la presunta existencia de esa escasa cualidad se convertía en certeza de su ausencia.

El ínclito Bermejo, ése de cara avinagrada e ínfulas de intelectual, acaba de decir que si se dan las condiciones hay que dialogar con los terroristas. Como él forma parte del gobierno y nadie le ha desautorizado hasta ahora, se supone que ese guiño obsceno a los asesinos es compartido, cuando no impulsado, por nuestro presidente.

Si ya me parece grave la simple concesión del diálogo a delincuentes para negociar las condiciones en que van a dejar de delinquir, que dos meses después de que estos asesinos le hayan hecho un corte de mangas a nuestro gobierno y por extensión a todos nosotros, se esté hablando ya de condiciones para el diálogo, me parece simplemente dramático.

Ofrecer a unos asesinos la esperanza de que cuando dejen de matar podrán volver a retomar la negociación, es transmitirles que el terror es un camino adecuado para ser escuchado. Nunca se han dado ni se van a dar las condiciones para el diálogo, porque prestar oídos a quienes matan no puede ser moneda de cambio.

La rendición y la entrega de las armas, con vencedores y vencidos. Ese sería el único escenario válido, la única condición que permitiría un cierto diálogo, heredero de la generosidad de la sociedad y no del chantaje.


jueves, 26 de julio de 2007

De derechas, nacionalista y republicano ¿lo adivinan?

¡Vaya sorpresa! Resulta que Ignacio Anasagasti es más republicano que la tricolor y yo sin saberlo.

Tampoco conocía su blog, del que prometo hacerme asiduo porque no tiene desperdicio. No comulgo con sus ideas, pero me parece un tipo interesante que dice cosas valientes ¿o era al revés?

Bueno, al grano. Resulta que a cuento del secuestro de El Jueves, ha escrito en su blog un artículo que no tiene desperdicio. Se titula "El Bribón" . Lean, lean. Y a ver si el "pompidú" le echa "webos" y le cierra la web.


lunes, 23 de julio de 2007

"Cha veh cómo eh el pibe", que diría un porteño

Lo de Chávez, con "z", que no se confunda nadie, es incalificable. Vamos, que no se me ocurren calificativos acordes con lo que dice y, sobre todo, con lo que hace.

Leo en los periódicos que en su programa dominical de televisión llamado ¡Aló, presidente! (para los curiosos; el mensaje de bienvenida no tiene desperdicio) ha dado instrucciones a la vicepresidencia y a los ministerios del Interior y Exteriores de Venezuela, para expulsar del país a los extranjeros que hablen mal del régimen.

En concreto, dijo: "Extranjero que venga aquí a denigrar de nosotros, los venezolanos, del gobierno libre, democrático y legítimo de Venezuela tiene que ser, con todo respeto, puesto en Maiquetía (para quien no lo sepa, es el aeropuerto internacional de Caracas) y decirle: ¡aquí está su maleta señor, váyase del país!"

Y también esto otro: "¿Hasta cuándo nosotros vamos a permitir que venga fulano de tal, de cualquier país del mundo, aquí mismo, a nuestra casa, a decir que aquí hay una dictadura, que el presidente es un tirano y nadie dice nada? No, eso está prohibido a los extranjeros"

Expulsar a los extranjeros que dicen que en Venezuela no hay democracia haciéndose el ofendido para demostrar que sí la hay es, sin duda alguna, la mejor muestra de la delirante megalomanía en la que está instalada el personaje. ¿Qué destino les espera a los venezolanos y a parte de los países sudamericanos con semejantes elementos en el poder?


jueves, 19 de julio de 2007

Hechos son amores y no buenas razones

Por desgracia, en esta sociedad en que vivimos tiende uno a pensar que decisiones como la que ha tomado Alberto Vázquez-Figueroa deben tener truco. ¿Un escritor regalando sus obras? ¿Dónde está la cámara oculta?

Pasados los primeros momentos de sorpresa y desconcierto, me lanzo de cabeza a su blog donde, además de incluirse el enlace para descargar su nueva novela, explica las razones de su decisión. Hace reflexiones tan interesantes y valientes como éstas, que no me resisto a transcribir:

"A partir de ahora mis novelas se editarán simultáneamente en edición “cara”, de las llamadas “de tapa dura”, en edición de bolsillo a mitad de precio, podrán descargarse gratuitamente en “Internet” y todos los periódicos o revistas que lo deseen están autorizados a publicarlas al estilo de las antiguas novelas por entregas con la diferencia que en este caso no tendrán obligación de pagarme nada en concepto de derechos de autor."

"Los editores no tienen derecho a quejarse de que “se lee poco” mientras mantienen el control sobre el precio de lo que en ese momento interesa....."

"Personalmente prefiero que me lean dos estudiantes, obreros o secretarias en el autobús por siete euros, que un alto ejecutivo en su cómodo despacho por veinte, porque aunque gane menos si el libro es bueno esos dos lectores se convertían en cuatro y luego en ocho, y resulta evidente que existen muchos mas obreros, estudiantes y secretarias que altos ejecutivos. Y si el libro es malo ni unos ni otros lo compraran."

"En cuanto al hecho de ofrecerlo gratuitamente en “Internet” tengo claro que quien lo descargue de la red nunca hubiera comprado mi novela, o sea que prefiero que me lea gratis a que no me lea."

"Algo es cierto: he vendido casi veinticinco millones de libros y todo el dinero que me han pagado me lo he gastado, pero una gran parte de los lectores que he conseguido, aun los conservo. Y de todo el dinero que gané la mitad se lo llevo Hacienda. Sin embargo Hacienda aun no ha logrado arrebatarme un solo lector."

La entrada de su blog en la que explica todo esto dice muchas más cosas. Les invito a que la lean y salgan de su asombro. El tiempo dirá si se trata de un loco, un visionario o simplemente un ingenuo, pero lo que está claro es que no habla por hablar. Ahí están los hechos, que esos sí que son amores.......


miércoles, 18 de julio de 2007

La calidad representativa de nuestra democracia

Parece que ahora que no gobierna el PP le ha entrado la prisa por reformar el sistema electoral. Cuando no gobernaba, al PSOE también le hizo tilín la idea. ¿Por qué cuando gobiernan se les quitan de pronto las ganas?¿Realmente aspiran a representar a los ciudadanos o sólo a suplantarnos, que aunque parezca lo mismo no lo es? Bueno, sea como sea, nunca es tarde si la picha es buena. La dicha, Tato, la dicha, que te haces la picha un lío.

En un artículo del diario expansión he leído un ejercicio teórico muy interesante sobre los resultados que se hubieran obtenido aplicando distintos criterios para asignar los escaños en las últimas elecciones generales. Es obvio que el autor ha escogido un par de ellos, la circunscripción provincial y autonómica únicas, que dan completamente la vuelta a los resultados, si bien es cierto que se trata de dos alternativas de dudosa equidad.

Tan dudosa como la del sistema en vigor. Porque en la situación actual, esa afirmación de "un hombre, un voto" con la que se le llena la boca a más de uno, es simple y llanamente mentira. La circunscripción provincial y la ley D`hont, a la que se suma la reinterpretación de la voluntad de los ciudadanos por parte de nuestros políticos tras cada consulta, hace que cada voto valga más o menos según donde esté censado el votante, al margen de la calidad individual de cada voto, que esa sería otra cuestión y no precisamente menor.

Que cada diputado elegido en Madrid o Sevilla requieran respectivamente de 163.398 y 148.572 ciudadanos que lo voten, frente a los 30.318 de Soria o los 67.660 de Cuenca, pone de manifiesto claramente cuánto vale el voto de unos frente al de otros.


viernes, 6 de julio de 2007

Nueve menos siete igual a uno

Vaya por delante que la ley de la paridad (de la parida, que diría alguno) me parece una solemne tontería, pero el artilugio con el que la vicepresidenta ha defendido que los cambios producidos en el gobierno no han implicado la pérdida de la paridad en el ejecutivo, es digno de comentar.

Dice nuestra querida De la Vega que sólo hay un hombre más. Me pongo a hacer cuentas y me salen nueve hombres y siete mujeres. A ver, Tato, céntrate. Nueve menos siete son dos. No puede ser. Si la "vice" dice que sólo hay un hombre más en el gobierno, es que no sabes restar. Además, ni se te ocurra llevarle la contraria porque le sale la vena feminista y lo más suave que te puede llamar es retrógrado y fascista.

Hagamos las cuentas de nuevo como las hace la "vice". Si hubiera una mujer más en el gobierno, el ejecutivo se compondría de ocho mujeres y ocho hombres. ¡Coño, paridad absoluta! Conclusión: si para que se recupere la paridad sólo es necesario un hombre menos o una mujer más, la falta de aquélla sólo se produce por una diferencia de uno. No hay pues dos hombres más o dos mujeres menos, sino sólo "uno/una".

Insisto. A mí, esto de la paridad por ley me parece una insensatez impropia de gente a la que se le supone suficiente sentido común como para gobernarnos, pero la creatividad e imaginación que le echan algunas para convertir lo blanco en negro y el dos en uno, me deja acongojado. Si nuestros políticos son capaces de reinterpretar una simple operación aritmética, qué no serán capaces de hacer con la historia, la economía o la educación.