miércoles, 23 de abril de 2008

El Lehendalai Lamakari

Confundir el deseo con la realidad es muy propio de nacionalismos desmedidos, valga la redundancia. Como a veces resulta duro ser, es más cómodo parecer que se es. Vamos, como correr la maratón olímpica desde el sofá del salón y apagar la tele para darnos un chapuzón en la piscina cuando nos cansa ver tanto cansancio.

Así, el ínclito presidente vasco afirma que como el Dalai Lama, que respeta profundamente a China, él también respeta profundamente a España. Definitivamente, ni el símil ni la metáfora como argumento didáctico son los puntos fuertes del PNV. Ya Erkoreka apuntó maneras con los mansos, los bravos y los corrales. Y ya le gustaría a Ibarreche poder hacerse el mártir frente a una España que masacra a su pueblo. Como no puede, se compara con el Dalai Lama y el pueblo tibetano.

Hasta se hace una pregunta: "¿por qué pueblos tan grandes tienen tanto miedo a pueblos tan humildes, tan pequeños, esencialmente pacíficos en su forma de reivindicar el camino del futuro?"

Como dijo alguien que no recuerdo, la tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia porque no tiene límites. O aquello de que más vale callarse y parecer tonto, que hablar y despejar definitivamente las dudas.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pobre lobo con piel de cordero!
El último párrafo es aplastante.

Juan Antonio González Romano dijo...

La última cita (más vale callarse...) es de Groucho Marx. Creo que fue Eduardo Jodrá el que definió el nacionalismo como una enfermedad imaginaria y, por lo tanto, sin cura (ya nos podemos gastar millones en su tratamiento, que el enfermo nunca sanará porque no está enfermo, aunque él no se lo quiera creer). En fin, qué hastío.

bogar dijo...

Pero como coño no va a tener un profundo respeto a España si no para de regarle el huerto.Llevas razón hay quien parece gililpollas,sin perdón,y cuando habla lo corrobora.Saludos

canalsu dijo...

También dijo otro que la tontería cansa más.

el aguaó dijo...

Más vale callarse y parecer tonto, que hablar y despejar definitivamente las dudas.

Esta es la respuesta querido Tato.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ya me gustaría a mí ver al Lehendakari vestido de Dalay Lama; iba a quedar pintoresco, con su cabeza tan sólo adornada por sus cejas y orejas tipo Mr. Spok. A partir de ahí, seguiremos hablando. O mejor no: no merece la pena...

Ludwig Constantine dijo...

Como suele pasar con los genios, este hombre es un incomprendido. Ya llegará el día en que se le reconozca como el gran humorista que es.