martes, 26 de agosto de 2008

Usufructo temporal a cargo de los presupuestos. Aunque lo llaman de otra forma.

Hace unos días me encontré un enorme cartel publicitario, de estos de carretera, en el que la Junta de Andalucía anunciaba a bombo y platillo -reiteraba un año más, para ser más correcto-, la gratuidad de los libros de texto. Mentira. Si los libros fueran gratis podría hacer anotaciones en ellos, subrayarlos, ponerles mi nombre y conservarlos para futuras consultas. Pero no. Hay que devolverlos en buen estado de uso para los alumnos del próximo año. De esta forma, lo que es realmente gratis -vamos, que lo pagamos entre todos los que pagamos-, es el alquiler de los libros. Y no de todos.

Progresismo de pancarta que no resiste la más mínima caricia sin desconcharse. En cuanto rascamos, la realidad aparece ante los ojos de quien ande despierto y se haya sacudido la somnolencia secular del pueblo andaluz. Y si no, díganme ustedes. ¿Es justo que hayan desaparecido las becas para libros, que discriminaban entre las distintas rentas? ¿Es razonable que todos reciban los libros indiscriminadamente, con independencia de su situación económica? Las familias de rentas muy bajas, que antes accedían a becas que les permitían obtener los libros en propiedad y sin coste para ellos ¿están mejor ahora que antes?

La medida, lejos de suponer un incremento de los recursos económicos, implica un ahorro importante a medio plazo. Se eliminan las becas por este concepto -unos trece millones de euros anuales-, y se sustituyen por una inversión inicial -la compra de los libros-, y un coste de reposición que la propia Consejería de Educación cifra en el 10 por ciento anual. Al cabo de unos años, el coste anual se limitará a la reposición. Y no es que esté en contra de que la Administración Pública ahorre, válgame Dios. Pero ¿es de esta forma y en esto en lo que hay que ahorrar?


4 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

No he podido reprimir mi silencio veraniego y comentar esta entrada, Tato: hace tiempo que comenté esto mismo en mi blog. La Junta se ahorra dinero con una medida demagógica casi sin precedentes, y hace mucho mñas daño que bien. En muchas familias andaluzas los pocos libros que entraban eran los de texto y ahora entran... y se vuelven a marchar. Y lo difícil que es estudiar un libro sin subrayar. Coincido en todo con tu apreciación, como casi de costumbre. La Junta va a conseguir que nos entre una depresión prepostvacacional...

Er Tato dijo...

Dichosos los ojos que te leen...

No sé si subrayarte, no vaya a ser que tenga que devolverte a final de curso. ;-)

Descansa, que el año es muy duro.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy buena la entrada, pero siento no estar de acuerdo con vosotros.
Dice juan antonio :
En esas casa andaluzas donde los pocos libros que entraban eran los de texto y ahora entran... y se vuelven a marchar.
Y antes también se marchaban igual.En esas casas ( quiero pensar que pocas)si los únicos libros que entraban eran los de texto ¿de verdad piensas que los guardaban?. Al menos con esa semigratuitidad te aseguras que van a tener libros de texto todos y cada uno de los alumnos.
Lo de subrayar pues... yo me conformaría con que todos abrieran el libro y lo leyeran al menos una vez entero.
En cuanto a la mayoría, las familias andaluzas que leen, compran de vez en cuando libros y están atentas a la educación de sus hijos, no nos viene nada mal el ahorro y si quieren subrayar pues nada, te compras el libro y lo guardas en el trastero al final de curso hasta que vuelvas a hacer limpieza general y acabe al año siguiente, como casi todos, en la basura.

Er Tato dijo...

Bienvenido a la taberna, Manupé. Me alegro de que te haya gustado la entrada. También de que no estés de acuerdo de nosotros, aunque por lo que he leído, con quien no estás realmente de acuerdo es con mi querido amigo, Juan Antonio.

En cualquier caso, en mi entrada hay pocas cosas opinables porque gira alrededor de hechos contrastables. Que los libros no son gratuitos es un hecho. Que hay familias que antes obtenían los libros gratuitamente y ahora no, es otro hecho. Que es una decisión socialmente regresiva, en la medida en que ofrece café para todos independientemente de su renta, es otro hecho.

De todas formas, soy todo oídos. Venga, que a la ronda de bienvenida invita la casa.

Saludos