lunes, 28 de noviembre de 2011

De donde no hay... (XXXI)

Arenas ha pedido que en las instituciones no haya ni una sola tarjeta de crédito. Como si las culpables fueran ellas. Eso es como pedir que no existan presupuestos o ingresos en los organismos públicos o en el Estado, no vaya a ser que llegue un político desaprensivo y se los gaste. Un político del otro lado, claro, que los del suyo nunca han malgastado donde gobiernan.

Si la culpa es de las tarjetas, que las prohíban, pero a ver si al final, cuando se den cuenta de que estaban equivocados, les va a dar a estos peligrosos liberales por prohibir también el dinero y los prostíbulos. ¡Con lo fácil que sería arreglar este asunto fusilando -metafóricamente hablando, claro-, a tanto político inútil, corrupto y manirroto...!


6 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

En efecto el problema no son las tarjetas, sino que no se controlen los gastos que se hacen con ellas. Y, si le idea peregrina de Arenas se lleva a cabo, los pagos tendrían que hacerse en metálico, algo mucho más difícil de controlar, pro lo que volvemos al título.

De donde no hay....


Saludos.

Er Tato dijo...

El problema, Juan Carlos, es que les da igual el mensaje que envían a los ciudadanos. O a lo peor es que saben -y seguramente tengan razón-, que la ciudadanía no termina de captar el mensaje y les compra la demagogia.

Porque si en el Estado ya van a gobernar ellos y en Andalucía lo harán en unos meses, ¿quieren quitar las tarjetas porque no se fían ni de ellos mismos o porque ese mensaje tan primario y tan burdo es el que los ciudadanos quieren comprar?

Saludos

Zapateiro dijo...

Zoido ya ha salido al rescate, a apoyar a quien, aseguran, va a arrasar en las autonómicas. Si Zoido lo dice, amén.

Eso sí, de repartir dinero a dedo mejor no hablamos, como con la campaña navideña. Mejor me callo ya.

Zapateiro dijo...

Pues por opinar lo mismo me están martelleando con que el sistema de intervención es diferente, que es mucho mejor que paguen en metálico... A ver cómo le ponemos al niño.

Er Tato dijo...

En Andalucía tenemos un grave problema, Zapateiro: estamos obligados a elegir entre lo malo (PP) y lo peor (PSOE).

Yo todavía sigo esperando que, por ejemplo, cierre Giralda TV. Entonces empezaré a creerme eso de la austeridad y las prioridades, que obras son amores y no buenas razones.

Y no te calles, chiquilla, larga por esa boquita. ;-)

En cuanto a que te estén martillenado con que si es mejor un sistema u otro, eso es desviarse de la cuestión de fondo porque significa asumir por defecto que los políticos son unos sinvergüenzas. Si el político es un robaperas, lo va a ser con tarjeta o sin ella. Lo que yo critico en la entrada es la demogogia que supone afirmar que quitandoles las tarjetas, los políticos se volverán todos de pronto honrados.

En cualquier caso, es mucho más fácil y menos costoso fiscalizar los movimientos de una tarjeta. Por ejemplo, si yo te la quiero meter doblada comprándome un reloj y haciéndolo pasar por una comida de trabajo, sólo tengo que comprar el reloj y pedirle una factura por comidas al colega del restaurante al que le dejo habitualmente una pasta. Si yo pago el reloj con la tarjeta, aparece en los extractos el establecimeinto en el que se compra. Es obvio que con la tarjeta también puedo engañar, pero es algo más complicado.

Besos

Zapateiro dijo...

Pues eso, que es un engañabobos, Tato. ¡Qué país!