viernes, 20 de septiembre de 2013

¡Hay que ser canalla...!

"Las características de gravedad y cronicidad de las patologías en que están indicados los medicamentos que están incluidos en el Anexo a esta resolución aconsejan que la aportación por parte del beneficiario sea reducida pues de otro modo se producirían situaciones de inequidad por comparación a los medicamentos de aportación reducida que se dispensan habitualmente en las oficinas de farmacia." (El BOE, corrigiendo situaciones de inequidad por elevación... y sin una sola coma; del tirón y sin respirar, oigan)

Nunca me ha gustado el copago sanitario, esa especie de tabla rasa que trata igual -¡ay, ese igualitarismo tan de progre...!-, al que abusa y al que no, al pícaro y al necesitado. Porque debiera bastar una buena gestión y un control adecuado para separar el polvo de la paja. La manifiesta incapacidad de nuestros políticos para embridar el abuso, todos los abusos -y, por qué no decirlo, la picaresca de muchos compatriotas orgullosos de su sinvergonzonería pública y aplaudida-, desembocó en el copago sanitario. Y en otros copagos y repagos. Siempre el camino fácil, siempre el atajo de los ineptos.

Ahora se ha dado un paso más hacia la desigualdad de oportunidades, hacia la ignominia de nuestro gobierno. Y ya no se trata de atajar el abuso, de existencia casi imposible por la propia naturaleza del supuesto -son medicamentos controlados que se dispensan en los propios hospitales, no en las farmacias, a enfermos graves o crónicos debidamente diagnosticados-, sino de recortar gastos recortando de paso esperanza y calidad de vida a quienes tengan la doble desgracia de ser pobres y estar gravemente enfermos.

Sólo hay que echar un vistazo a los prespuestos de todas las administraciones públicas para comprobar dónde se han producido los recortes y dónde no. En ellos, las prioridades de nuestros gobiernos -nacional, autonómicos y locales-, aparecen nítidas y cristalinas. Y resulta evidente que no son el bienestar del ciudadano de a pie. Como ya se dijo alguna vez por aquí, por sus presupuestos los conoceréis...


6 comentarios:

Dyhego dijo...

¿Las medicinas contra la estupididad, imbecilidad, cretinidad, sinvergüencidad e hijoputidad de nuestros políticos tendrán también copaguidad?
¡Mala sarna les entre a todos y a todas!

Er Tato dijo...

La medicina contra eso somos, o debiéramos ser, los ciudadanos, Dyhego.

Pero les hemos permitido demasiado, nos hemos dejado querer mientras el colchón era mullido y los días festivos. Hemos llenado las urnas del agradecimiento de nuestros estómagos y la ceguera interesada. Y ahora, cuando la enfermedad está ya muy avanzada, queremos curarla con aspirinas.

En el pecado llevamos la penitencia.

Saludos

Mari Carmen dijo...

Admiro mucho tu blog, sobre todo, valoro tu decidida y valientes denuncias que te apoyo en ellas y me solidarizo con nuestros compatriotas que menos tienen, especialmente lo que ya NADA tienen.

Hay que arrojar a estos impresentables de los altos cargos que con engaños y sinvergonzonería lograron, no son dignos de representarnos y nos han suprimido de todo lo conseguido con el sudor, privaciones, sufrimientos y sacrificios de nuestros padres y nosotros mismos.

¡¡¡Ya no podemos más, fuera!!!

Afectuosamente.

Er Tato dijo...

Bueno Mari Carmen, no me gustan las barricadas, ni los ¡fuera!, ni los ¡hay que echarlos!

Creo que el sistema permite a los ciudadanos cambiarlo desde dentro si los ciudadanos empezamos a tomarnos en serio, si somos críticos, sobre todo con los nuestros, si usamos un poco de nuestro tiempo en estar verdaderamente informados -que no consiste en leerse el MARCA todos los días, ni en ensimismarse con las tertulias políticas de la Sexta o de Intereconomía-, si dejamos de creer que la democracia es sólo votar cada cuatro años, si somos verdaderamente exigentes con nuestros políticos, y no sólo de boquilla.

Por ejemplo, ocasionalmente aparece un anónimo por aquí -muy simpático él...-, al que le preocupa más cuántas veces critico a la izquierda que los fundamentos de dicha crítica, y que, por supuesto, nunca aplaude cuando pongo a parir, también con argumentos, a la derecha. Tengo familiares cercanos y amigos que jamás votarían a otro partido que no sea el PSOE o IU, hagan lo que hagan, y que cuando se quedan sin argumentos, acuden a la fe o al y tú más. También los hay idénticos en el PP. Cuando la ideología se convierte en religión, en la capa que todo lo tapa, llegamos exactamente a donde estamos.

En todo caso, respeto tu opinión y te agradezco tu comentario en lo que de halago inmerecido tiene.

Un saludo

Mari Carmen dijo...

Tienes razón, eso para empezar. Ayer me encontraba muy indignada,debido a un asunto sobre la Sanidad Pública muy significativo que es para clamar al Cielo.

A mí tampoco me gusta los "fuera". Ya en la urnas tendremos esa oportunidad. Lo siento, ¡Ay que ver lo que los nervios crispados nos hace disparatar.

Pero que fue con engaños y sinvergonzonería, lo estamos viendo a diario, ahora me expreso serenamente y lo pienso y siento así, pero por ética y educación, retiro lo demás, así me enseñaron mis padres y la Escuela a la que asistí.

Me reafirmo en la valoración muy positiva de tu blog, que tanto nos aporta a todos.

Afectuosamente

Er Tato dijo...

Gracias de nuevo, mari carmen. Y no por darme la razón, sino por el talante.

Aunque no sea éste el caso, es obvio que discrepar no está reñido con la buena educación.

Saludos