miércoles, 19 de marzo de 2014

Cosas de esta España nuestra...

Las opiniones ajenas deberían ser dignas de tenerse en cuenta o no, en sí mismas consideradas, por los argumentos que las sostengan, y no por las opiniones que nos merezcan quienes las manifiesten. Lo contrario, muy habitual por cierto en éste nuestro bendito país, no es más que sectarismo y miseria intelectual. Otros, los pijos del verbo, lo llaman argumento ad hominem.

Viene esto a cuento de que hoy escuchaba a un periodista criticar al ex juez Baltasar Garzón, no por lo que éste sostenía sobre un determinado asunto, sino en función de que fuera condenado en su día por un delito e inhabilitado como juez. Al parecer, eso le incapacitaba para opinar.¡Ay, cuánto fascista de uno y otro lado bajo el inocente ropaje de demócrata...!

A uno, que ha sido muy crítico con el señor Garzón, no le duelen prendas en reconocer que, en esta ocasión, está de acuerdo con él. ¿Que de qué hablaba? Pues de la barbaridad que ha hecho el PP -otra más-, con el asunto de restringir la justicia universal, ya saben, ese principio internacional que permite a los tribunales españoles -y a los de otros países medianamente civilizados que hayan suscrito algún tratado internacional que contemple dicho principio-, perseguir determinados delitos especialmente graves con independencia del lugar en el que se hayan cometido.


2 comentarios:

Dyhego dijo...

Es decir, que este gobierno acata la sentencia del tribunal "internacional" de Estrasburgo en lo relativo a la "Doctrina Parrot" y pone fronteras a la justicia universal.
¡A ver si dan un paso más y prohiben la corrupción y el robo al erario público!
Salu2 perplejos, don Tato.

Er Tato dijo...

Es que lo de este gobierno es para que se lo hagan mirar. Y lo peor es que la alternativa está para salir corriendo y no mirar atrás...

Saludos ojipláticos